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sábado, 24 de septiembre de 2011

El presidente de Mercadona, Juan Roig, ‘jefe’ de la “Cultura del esfuerzo”

Como me gusta esta filosofia!!!

El presidente de Mercadona, Juan Roig, 'jefe' de la "Cultura del esfuerzo"

S. E. Madrid

El presidente de Mercadona, Juan Roig, es un empresario atípico. Acaba de irrumpir en el club de milmillonarios de la revista Forbes por el patrimonio amasado construyendo Mercadona y, lejos de separarse de los focos por la que está cayendo, se pone al frente de una iniciativa para despertar las mentes y doblegar la crisis con trabajo. Hecho a sí mismo y acostumbrado a reinventarse en épocas de crisis, no ha dudado en estampar el eslogan "Cultura del esfuerzo" en las camisetas del Valencia Basket Club, del que es copropietario y renunciar a los ingresos por patrocinio (1,5 millones de euros). Le mueve la necesidad de impulsar un cambio de mentalidad, que sustituya la comodidad por el esfuerzo.

"2011 tiene una cosa buena, y es que será mejor que 2012", alertó Roig en la última presentación de resultados de Mercadona. Se prodiga poco, pero dispara sin la árnica diplomática abundante en las relaciones del empresariado con el Ejecutivo. Según Roig, los españoles han vivido como ricos por el boom inmobiliario y, pinchado el globo, "lo peor de la crisis está por llegar". Para que el país vire defiende mejorar la productividad, atajar el absentismo –el 6% de los españoles no va a trabajar– y "tomar medidas valientes, aunque sean impopulares".

Su mantra llega a las canchas tras recorrer despachos. Al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, le exigió arreglar la situación "entre todos" y su firma acompañó las ácidas críticas sobre la gestión de la crisis en el informe que coordinó Eduardo Serra en la Fundación Everis.

Tesón e ingenio es lo que le ha hecho lo que es y ha aupado Mercadona desde un negocio familiar a rivalizar con El Corte Inglés en facturación y beneficio. Su germen fue Cárnicas Roig, el grupo que fundaron sus padres y decidió adquirir junto a su esposa Hortensia y sus hermanos Fernando, Trinidad y Amparo, asumiendo él la dirección. Las entonces ocho tiendecillas suman hoy 1.310 establecimientos y 62.000 empleados, todos con sueldo fijo y beneficios sociales envidiados en grupos rivales.

Roig atiende al perfil de empresario familiar. Refinó esa fórmula comercial sin desviarse del espíritu de barrio, que prima la cercanía al cliente. Pero han sido su tesón e ingenio los que han salvado a Mercadona de morir asfixiado por la presión comercial. Acosado por la moda de los hipermercados low cost americanos y el desembarco de los gigantes de distribución galos, puso a toda la organización en 1993 a girar sobre varios ejes estratégicos: el cliente, al que internamente llaman "el jefe", el proveedor y el trabajador son los básicos. Su obsesión es "clientes fijos, empleados fijos, proveedores fijos".

Y para tener satisfecho al "jefe", apuesta por abaratar los precios. En una decisión incomprendida reniega de la publicidad y consigue convencer a sus proveedores para que empaqueten parte de la producción a menor precio bajo marcas blancas a cambio de garantizarles la compra de varios años de producción. Así nacen enseñas hoy con nombre propio como Hacendado (alimentación) o Bosque Verde (droguería).

Exige un "trabajo de 10" todos los días a sus empleados, pero lo compensa con empleo estable, beneficios tales como trabajar en el centro más próximo a su vivienda o un mes extra de baja maternal y primas por objetivos cumplidos. En mitad de la crisis, les repartió 210 millones el año pasado por su efectividad, clave para garantizar un servicio atento al cliente, y Mercadona ganó un 47% más. "De esto se sale trabajando, no especulando", remacha. Una perla más: "O mejoramos la productividad o bajaremos nuestro nivel de vida. Y África volverá a empezar en los Pirineos".




viernes, 2 de septiembre de 2011

Una de cine. Con alguien que se gano el cielo


El director de cine Frank Capra falleció, casi centenario, el 3 de septiembre de 1991. Sus películas fueron tachadas de idealistas, aunque responden a las convicciones de un hombre convencido de la bondad de la gente. Fue un defensor del sacrificio y del esfuerzo personal, posiblemente por ser hijo de emigrantes sicilianos, y no se identificó con ninguna ideología supuestamente redentora, si bien sus mejores películas se filmaron en la época de la Gran Depresión, durante la presidencia de Roosevelt, en un momento en el que Hollywood debía transmitir un mensaje de optimismo.

Su primer gran éxito, Sucedió una noche, una comedia de enredo protagonizada porClark Gable y Paulette Goddard, le valió el Oscar al Mejor Director en 1934. Sus filmes más humanistas los haría para la Columbia Pictures: El secreto de vivir (1936), Horizontes perdidos (1937), Vive como quieras (1938) y Caballero sin espada (1939). En esta última, trabajó conJames Stewart, que encarnaba al congresista Jefferson Smith, un joven idealista que lucha contra las corrupciones y las manipulaciones sembradas por un potentado entre los legisladores de Washington. También se ocupaba de la manipulación de la opinión pública por los medios informativos, como en el filme Juan Nadie (1941), donde Gary Cooper encarnaba a un vagabundo elevado a héroe nacional.

La película más inolvidable de Capra es ¡Qué bello es vivir! (1946), en la que James Stewart interpreta a George Bailey, un hombre al borde de la ruina económica y que ha decidido suicidarse. Recibirá la visita de un ángel que le hará ver que, gracias a él, la existencia de todos los que le rodean, empezando por su mujer y sus hijos, ha sido mucho mejor de lo que podría esperarse. Pese a su éxito posterior gracias a la televisión, esta película fue un fracaso de taquilla. El público de la próspera América de la posguerra nada tenía que ver con el de los años de la crisis. Capra realizaría muy pocas películas más y se dedicaría a producir documentales. Esto lo dice Antonio Rubio y yo añado que en linea con mis dos anteriores post, es una buena forma de escapar por un momennto de unas realidades demoledoras y de paso aprender del ser humano.


¿Como afrontar un gran problema?


¿Qué pasa cuando en la vida estamos ante lo que llamamos una crisis? ¿Qué es una crisis? Habitualmente implica la presencia de un hecho, de algo que sucede o acaece súbitamente, frente a lo cual nuestras estrategias para afrontarlo comienzan a tener dificultades en cuanto a su efectividad porque ese hecho, de alguna manera, atenta contra el modo de pensar o el modo de vivir que teníamos hasta ese momento. Las estrategias que hasta ese momento eran efectivas para vencer las dificultades vitales comienzan a dejar de serlo. La "teoría" con que afrontábamos los problemas de la vida de pronto se muestra insuficiente.

Si ejemplificamos esto mediante una metáfora podemos decir que afrontar una crisis es como perder la seguridad del piso sobre el cual estamos parados. Toda persona en crisis siente que aquellas seguridades, o aquellas firmezas donde se encontraba asentado, empiezan a moverse, comienzan a estar flojas, y ahí empieza a aparecer la incertidumbre, la inseguridad, es decir, todas esas cuestiones que ya conocemos las personas que hemos tenido crisis a lo largo de la vida.

Esto se puede ilustrar mediante un gráfico sencillo en dos ejes, donde ponemos el tiempo en un eje y algo que podríamos denominar "incertidumbre" en el otro, siendo este uno de los elementos que más varía en toda crisis. Normalmente vemos que a lo largo de la vida, en distintos aspectos de la misma, vamos teniendo ondulaciones en cuanto a la certidumbre y a la seguridad. Por ejemplo, uno de los aspectos de la vida que podemos evaluar según este criterio son las relaciones interpersonales. Dichas relaciones nos dan un mayor o menor grado de seguridad o certidumbre, de tal modo que si graficamos a lo largo del tiempo nuestra línea de relaciones vamos a ver que es algo ondulante con algunos picos, algunos valles, pero más o menos se mantiene la variabilidad dentro de una línea y de unos ciertos márgenes.

Podemos graficar otro elemento de la vida como, por ejemplo, el trabajo, que implica el dinero que ganamos, lo que podemos hacer con ese dinero, el hecho de comprarnos una casa, de pagarnos nuestro sustento, el de nuestros hijos y el de nuestras familias; y también vemos que podría asociarse a una curva similar a la anterior con picos y con valles. "Relaciones" por un lado, "trabajo" por otro, y podemos agregar un tercer elemento que podría ser algo relacionado con la "fe religiosa". Ella también muestra oscilaciones a lo largo de la vida, sube, baja, pero mientras la variabilidad se mantenga más o menos dentro de ciertos márgenes que ya conocemos, la crisis no aparecerá porque ya estamos acostumbrados a esa variabilidad en la certidumbre o en la incertidumbre y podemos hacer pie bastante seguros frente a dichas variaciones.

Ahora bien: ¿qué pasa cuando en algunos de estos aspectos aparece una variación muy intensa? Vamos a poner por ejemplo el caso donde en una de nuestras relaciones, una relación que puede ser con un padre o una madre, una relación de pareja, con hijos o hijas, aparece una pérdida de certidumbre muy importante. Venimos marchando tranquilos por la vida y, de pronto, tenemos una verdadera crisis. Algo importante sucede que nos aumenta la incertidumbre sobre todas aquellas cosas que en la vida nos daban certidumbre, y nos colocan frente a una situación nueva porque, cuando estábamos manejando anteriormente las pequeñas variaciones de incertidumbre, no nos poníamos a pensar determinadas cuestiones sobre la vida, que sí determinadas crisis nos llevan a pensar. Cuando estas cosas pasan, se comienzan a disparar en la vida de las personas lo que yo llamo, o lo que se llama: "Reflexiones filosóficas". De golpe empezamos a pensar sobre la vida, sobre qué es la vida, sobre para qué estamos aquí, sobre la naturaleza de aquella cosa que generó la crisis, sobre hacia dónde vamos, preguntas que antes de la crisis no estaban presentes en forma consciente en nuestra vida.

O sea que la crisis nos pone de cara, al moverse nuestro piso, frente a las preguntas más importantes de nuestra vida. Preguntas que usualmente son de carácter filosófico. Y preguntas sobre las que habitualmente en la vida normal, de no mediar una crisis, no tenemos presentes en forma consciente. Es como si viviéramos alejados, olvidados, de las cuestiones más importantes de la vida.

Pero: ¿qué sucede si tenemos una crisis en un aspecto o variable de la vida pero en los otros aspectos las cosas se mantienen más o menos similares? Generalmente cuando acaece una crisis importante en uno de los aspectos de nuestra vida, tenemos un gran aumento de la incertidumbre, pero usualmente ese aumento de la incertidumbre no una cosa sumamente grave, aunque en ocasiones puede llegar a serlo. Dicha crisis "menor" nos llevará a cuestionarnos determinadas cosas pero, como todavía podemos hacer pie en otros aspectos de nuestra vida que aún se encuentran firmes, como por ejemplo el conservar un buen trabajo o mantener una fuerte fe religiosa, o si perdemos el trabajo y nuestras relaciones nos siguen apoyando y estimulando, en general se puede salir medianamente airoso de estas situaciones.

Entonces: ¿qué pasará cuando en la vida aparecen crisis graves que son simultáneas? Por ejemplo, supongamos que estamos en una situación en la que tenemos relaciones que vienen más o menos bien y de golpe se derrumban. Además, tenemos un trabajo que viene más o menos bien sostenido y lo perdemos. Y, finalmente, perdemos nuestra fe religiosa. Aquí tenemos una gran crisis, lo cual a algunas personas "se las lleva puestas" porque pierden todas las seguridades y las certidumbres que antes tenían, y se derrumban completamente. Esto pasa cada tanto en la vida y, si bien nos ponen frente a las preguntas más importantes de la vida que son filosóficas, a veces no tenemos herramientas para responderlas. Y no tenemos en ninguno de los aspectos de nuestra vida elementos dónde apoyarnos porque todos han caído. Usualmente la persona que se encuentra en esta situación tampoco puede ver el futuro de un modo optimista. El mismo aparece como una caja negra. Piensa que todo va a quedar derrumbado para siempre. El pesimismo se hace presente.

Pero si miráramos la vida como si pudiéramos abstraernos de la misma para observar estas grandes crisis a distancia, percibiremos que nuestras grandes crisis generalmente llevan hacia una recuperación, e incluso una crisis puede servir para elevar alguno de los aspectos anteriores a una altura mayor de certidumbre. Por esto no debemos olvidarnos que no debemos ser completamente negativos ante una grave crisis porque usualmente el futuro conlleva a una recuperación de esas crisis y a veces, en alguno de sus aspectos, una superación del estado anterior de certidumbre.

Cuando suceden estas crisis "mayores", aparecen los suicidios, las adicciones, las drogas, el alcohol, etc. Algunas de estas crisis pueden implicar hechos graves como la pérdida de un hijo, de una madre, de un padre, que pueden combinarse con la pérdida de un trabajo muy importante o con la pérdida de la fe, aquella certidumbre más grande que podemos tener sobre la vida.

Hay muchos aspectos de la vida que cuando se juntan en crisis hacen que el desafío de la persona para superarla sea mucho mayor.Entonces: ¿Qué hacer frente a estas cosas?

Primero: no desesperar. ¿Por qué no desesperar? Porque no debemos enfocarnos solamente en el presente de la crisis olvidándonos del futuro. El futuro usualmente nos mostrará que muchos de esos aspectos se van a solucionar y que algunos van a ser incluso superados del estado anterior en el que veníamos. La esperanza en el futuro es clave para superar una crisis.

Segundo: buscar apoyo. Apoyo profesional, un coach, un psicólogo, un filósofo, un terapeuta, un amigo, etc. No quedarnos quietos esperando que las cosas se solucionen "mágicamente".

Tercero: detenernos a pensar las cuestiones filosóficas de la vida ante la cual la crisis nos pone violentamente de frente. Pensar, reflexionar, volver a conectarnos con las cosas más importantes de nuestra existencia. Recuperar la fe, recuperar aquellas cosas que hemos perdido. Y todo esto seguramente nos va a reorientar hacia una vuelta a la certidumbre y a la seguridad que la crisis de la vida nos ha quitado.

Así que éstas son simplemente algunas ideas para que reflexionemos sobre algo tan importante en la vida del hombre y del ser humano que son las crisis y frente a lo cual ninguna persona puede decirse que se encuentra ajeno a sufrirlas.Sabiendo siempre que Dios te ama mas que todas las madres juntas aman a sus hijos. 



El princio de la crisis


Activos netos o deudas

La actual crisis del euro se puede explicar fácilmente en estas dos gráficas. La primera muestra la relación entre los activos netos y las deudas de un conjunto de países de la eurozona, y la segunda, los saldos de cuenta corriente de los países superavitarios y los países deficitarios. Ambas gráficas muestran la existencia de un muro invisible que genera dos grandes zonas en Europa: un norte rico y un sur más pobre de lo que parece.

La primera gráfica, indica que a partir de la creación del euro, el ahorro de los países del norte (Alemania, Holanda, Austria, Bélgica, Finlandia) financió el gasto de los países del sur (Francia, Italia, España, Grecia, Irlanda, Portugal), hecho que fue facilitado por la moneda única, por la inexistencia del riesgo del tipo de cambio, y por la libre movilidad de capitales. El problema es que los ahorros del norte no fueron utilizados en el sur para financiar inversiones productivas que permitieran mejoras en la productividad y competitividad. Si se hubiesen realizado inversiones productivas, en algún momento los países del sur habrían podido aumentar sus exportaciones, nivelando así el saldo en cuenta corriente. Esta situación no se produjo, y de ella da cuenta la segunda gráfica:


Balanza CtaCte

El saldo en la cuenta corriente de los países del sur fue continuamente deficitario, lo que permite explicar la actual crisis que vive la eurozona. A nivel global,este hecho refleja los mismos desequilibrios que viven China y Estados Unidos. Tal como China se dedicó a producir, Estados Unidos se dedicó a consumir, lo que amplió los desequilibrios entre ambos países. En el caso europeo, los países del norte producían y los países del sur consumían, acción facilitada claramente por la introducción del euro en 1999 y la desaparición de los riesgos del tipo de cambio.

Los países del norte europeo pudieron aumentar sus activos y generar importantes excedentes en virtud a los continuos y crecientes déficit de los países del sur, replicando la relación entre China y Estados Unidos. Esta situación es consecuencia de la pérdida de los controles para el comercio internacional a la que contribuyó de manera tan importante el Sistema de Bretton Woods. Su extinción hace cuarenta años dio paso al origen del desorden financiero internacional, el primero de los pasos que nos sumergieron en la actual crisis global.

Ahora toca corregir o invadir. Siempre la misma regla. ¿se acuerdan de como resolvio Alemania su deuda despues de la primera guerra mundial?