TweetMuchas compañías, después de utilizar el mismo logo durante años, se cansan y deciden cambiarlo.
Hace pocas semanas hemos podido presenciar la forma incorrecta de hacerlo cuando
GAP, la empresa de ropa, intentó lanzar un nuevo logo. Sin ningún pre-aviso ni anuncio, los consumidores se levantaron una mañana y vieron en Internet que GAP había abandonado el tradicional recuadro azul (
abajo a la izquierda) y ahora tenía un nuevo logo (
abajo a la derecha).

La reacción generalizada fue el
rechazo.
Todo cambio genera algo de rechazo, pero en este caso resultó alarmante el nivel de quejas que comenzaron a emerger en Internet. La página de GAP en Facebook estalló en comentarios negativos. Twitter se llenó de quejas por el nuevo logotipo.
Ante tal nivel de rechazo, tan solo una semana después, GAP tuvo que dar marcha atrás y
restablecer el logotipo antiguo. Este lanzamiento fallido probablemente ingrese en los anales de la historia de cómo no lanzar un nuevo logotipo, sin embargo esta mala gestión probablemente solo sea una mancha más en la evolución reciente de la compañía.
En los últimos 6 años las ventas de GAP en tiendas comparables (ventas por m2 en las tiendas que ya existían 1 año antes) no han hecho más que caer. Sin embargo, antes de caer en desgracia, GAP llegó a ser una compañía muy exitosa, facturando más de 16 billones de dólares, con más de 3.100 tiendas alrededor del mundo y empleando a 134.000 personas. ¿Cómo es que GAP se convirtió en una gran compañía internacional? ¿Cómo posteriormente entró en una larga decadencia que continúa hasta hoy?
LOS ORÍGENESCorría el año 1969, el hombre pisaba por primera vez la luna y los Beatles tocaban en vivo por última vez en la terraza de Apple Records, entre rumores de separación.
En San Francisco, California, un exitoso hombre de negocios del sector inmobiliario llamado Donald Fisher decidió comprarse unos vaqueros Levi's. Para ello fue a un gran almacén y buscó infructuosamente su talla. Mientras lo hacía le llamó la atención la cantidad de jóvenes que revolvían las estanterías llevándose todo lo que encontraban.

Luego fue a otra gran tienda, y le ocurrió lo mismo: su talla (34 de cintura, 31 de largo) no estaba disponible. Además, volvió a ver nuevamente la cantidad de jóvenes comprando vaqueros.
En aquellos años los vaqueros, que tradicionalmente había sido fabricados por Levi's Strauss para agricultores y obreros, se estaban convirtiendo en un ícono de la contra cultura americana y millones de jóvenes entre 15 y 25 años estaban uniformándose con estos pantalones para mostrar su antipatía contra los valores establecidos.

Con un gran instinto comercial, Donald Fisher entendió que la gran demanda de estos jóvenes estaba excediendo la capacidad de las tiendas habituales, y que los vaqueros podían ser vendidos en una tienda dedicada, tal como ocurría con las hamburguesas, gasolineras y equipos de música. Fue así que ese mismo año decidió abrir una tienda que "tuviera todos los estilos, colores y tamaños de vaqueros en un solo lugar". Su misión sería, en sus propias palabras, "hacer más fácil la compra de unos vaqueros".

La tienda solo vendía, al principio, vaqueros Levi's y discos. La intención de Donald Fisher era que los discos atrajeran a los jóvenes para que compraran vaqueros, pero ello no estaba ocurriendo.
A pesar de la visión de Donald Fisher la tienda estaba en números rojos y los jóvenes no acudían atraídos por los discos. En una acción desesperada decidió publicar anuncios en periódicos locales comunicando la venta de "cuatro toneladas" de vaqueros a precios de liquidación. Pronto había vendido casi todos los vaqueros. Así descubrió la fórmula del éxito: un
posicionamiento claro (gran selección de vaqueros a buen precio) en un
ambiente joven (sus locales estaba pintados con colores brillantes -muchas veces en naranja-, tenían lineales centrales metálicos y se escuchaba fuerte música de rock and roll) con un gran
empuje publicitario y con una
marca cercana a sus consumidores ("the gap" fue elegida como abreviación de "the generation gap" es decir, la "brecha generacional" que sentían los jóvenes de aquel entonces).

El gran éxito de la compañía también se debió también, en parte, al éxito de Levi's y sus campañas publicitarias, ya que en aquellos años iniciales GAP solo vendía vaqueros, camisas y chaquetas de Levi's. Teniendo en cuenta que vender productos de un solo fabricante era un riesgo, en 1973 GAP comenzó a vender una línea de productos propios e incorporó otras marcas nacionales, llevando las ventas en 1975 a 100 millones de dólares.
El negocio siguió creciendo, agregando entre 50 y 80 nuevas tiendas cada año, hasta alcanzar en 1980 ventas por más de 300 millones de dólares. Había pasado una década desde aquella primera tienda en San Francisco y el negocio había sido todo un éxito.
Pero entonces GAP comenzó a sufrir una serie de percances. En primer lugar, su base de consumidores originales, aquellos jóvenes rebeldes de los 70s,
habían envejecido y ahora eran más conservadores, tenían mayores ingresos y buscaban productos de más calidad y mayor precio. En segundo lugar, a pesar de que un 40% de sus ventas correspondían a sus marcas propias, otro 40% todavía seguían siendo de productos de
Levi's y para empeorar la situación, Levi´s había decidido vender sus productos en las grandes tiendas de departamentos de la época, como Sears y J.C. Penney, reduciendo el atractivo de GAP que ya no era "el" lugar para buscar vaqueros. Finalmente, para enfrentar estos desafíos, la cadena se había metido en una
guerra de precios, la cual estaba dañando su imagen, convirtiéndola en una cadena de vaqueros de descuento. En aquellos días el posicionamiento de GAP era "el lugar donde van los chicos a comprar unos vaqueros Levi's".
Para cambiar la situación, el fundador contrató en 1983 a Millard Drexler para que se hiciera cargo de GAP. Este experto de la industria de la moda había salvado a otra cadena –AnnTaylor- en una situación parecida a la de GAP.

EL CAMBIO
El nuevo ejecutivo comenzó eliminando todas las marcas propias, excepto la que tenía el mismo nombre de la tienda –GAP-, con lo cual desde ese momento la marca no solo sería una tienda sino también sinónimo de una marca de ropa. Los productos de Levi's Strauss permanecieron pero fueron relegados al fondo de las tiendas. El nuevo ejecutivo también contrató internamente a un equipo de diseño para que desarrollara una línea de ropa casual, simple, hecha de fibras naturales y que diferenciara entre sexos más que los vaqueros. El diseño era informal pero clásico, todavía basado en el denim, pero ofrecía una variedad de camisas, blusas, chaquetas y sweaters en varios colores y formas; en definitiva era ropa para la gente que quería verse y sentirse joven sin la apariencia de rebeldía o de descuido, una descripción que le encajaba perfectamente a un gran número de personas en los EE.UU. de los 1980s.
Las tiendas de GAP abandonaron el color naranja brillante y lo reemplazaron por un gris neutro y blanco, abandonando los "displays" centrales metálicos por estanterías lineales donde los productos estaban prolijamente doblados bajo una luz suave. La publicidad de la compañía cambió su foco dejando la radio y la TV para enfocarse en diarios y revista de alto nivel donde mostraba a modelos llevando a cabo una vida familiar y actividades al aire libre, escenas que no estaban conectadas con la cultura de los más jóvenes. Unos años más tarde, GAP lanzó la famosa campaña "individuos con estilo", una serie de fotos en blanco y negro realizada por afamados fotógrafos donde mezclaba gente famosa y desconocida y cuyo foco era el estilo, no necesariamente la marca GAP. Por esos años, la marca abandonó la palabra "stores" para ser simplemente GAP.
Como resultado, la marca GAP comenzó a significar "buen gusto en un ropa variada e informal" cobrando un nivel suficiente como para competir con otras marcas de ropa casual como Benetton y The Limited.

Claramente este cambio de posicionamiento no fue barato y los resultados financieros de la compañía en 1984, el año del cambio, fueron bastante malos con los beneficios reduciéndose un 43% hasta alcanzar apenas 12,2 millones de dólares. Era algo esperable si consideramos que la nueva imagen de la marca estaba espantando a los jóvenes compradores habituales mientras que todavía estaba construyendo su nuevo posicionamiento en la mente de los consumidores mayores.
Este probablemente fue un momento clave en la vida de GAP, ya que como muchas compañías que deciden cambiar su dirección, comenzó a sufrir el daño del cambio antes de ver ningún beneficio. Es fácil imaginar al departamento de finanzas de la compañía quejándose que "los de marketing" se habían vuelto locos y a los analistas de mercado criticando la nueva estrategia.
Por suerte, al mando del cambio estaba el primer ejecutivo, un hombre con experiencia y que sabía lo que hacía. Hacia mediados del año siguiente los resultados financieros volvieron a ser positivos en algo que parecía un milagro. Las ventas totales comenzaron a crecer nuevamente, los beneficios se recuperaron y hasta las ventas equivalentes de cada tienda (like-for-like) reflotaron. Pero lo más importante: GAP tenía una imagen reforzada y fresca que podía utilizar durante los años venideros.
En esos años la compañía también compró otras cadenas de ropa, algunas de las cuales continuaron siendo exitosas mientras otras fracasaron y hoy ya no existen. Una de las compras exitosas fue Banana Republic, la tienda de ropa de viaje y safaris, que estaba disfrutando de un empujón cuando la ropa "safari" se había puesto de moda. En esos años GAP continuó enfocándose en las necesidades de los "baby-boomers", sus compradores habituales, y lanzó dos marcas nuevas para sus hijos: GAPkids y babyGAP, convirtiéndose ambas en un gran éxito.

En 1987 la compañía superó el billón de dólares de facturación y comenzó su expansión internacional, abriendo su primera tienda en Londres, que luego continuaría en Canadá y Francia. Ese mismo año, Millard Drexler, el ejecutivo que había liderado la transformación de la compañía fue nombrado Presidente de Gap Inc. (nota: a partir de ahora con "GAP Inc." nos referimos a la compañía corporativa y con "GAP" a la marca y tiendas de ese nombre).
A comienzos de los 1990s GAP seguía disfrutando de su posicionamiento, habiendo cambiado exitosamente de "un almacén de descuento para jovenes" a "un juez de la moda elegante" pero el incremento de la competencia provocó que en 1992 las ventas y los beneficios se frenaran. La compañía respondió moviéndose hacia ropa más definida para cada sexo, alejándose de los artículos unisex, y enfocándose más en las mujeres.
Además lanzó una nueva cadena de tiendas. Originalmente llamada "Gap Warehouse", esta nueva tienda estaba orientada a un nuevo segmento de consumidores que había obtenido masa crítica en los 1990s, los llamados "grunge", para los cuales era "cool" no gastar en ropa, aunque pronto fue rebautizada como Old Navy. Las tiendas de esta cadena tenían el doble de tamaño que las de GAP y estaban llenas de ropa sólida, resistente y más barata (20-30% más barata que GAP). Fue otro gran éxito y en 1993 las ventas de la compañía volvieron a ser record.

Curiosamente, los dos intentos de GAP Inc. de lanzar una cadena de ropa más cara fracasaron –con la marca Taggs a principios de los 1980s y Hemisphere en 1987- sugiriendo que quizás sea más fácil expandir las marcas y el modelo de negocio de una compañía de moda hacia abajo que hacia arriba como demostró el éxito de Old Navy.
Mientras tanto la cadena Banana Republic, que había visto cómo sus ventas caían cuando la moda de ropa de viaje y safari dejó de estar de moda, se estaba recuperando al cambiar su posicionamiento exitosamente hacia un diseño enfocado en la elegancia urbana, planteando una alternativa más "hip" al concepto "casual" de GAP (un intento de la compañía de vender ropa en un segmento un poco más rentable).
Otro secreto del éxito de GAP Inc. fue su decisión de integrar verticalmente todas las operaciones. La compañía gestionaba internamente el diseño, la fabricación, el control de calidad, el packacking, la distribución, el punto de venta y la publicidad, logrando así mantener una excepcional calidad y consistencia en un mundo de la moda que generalmente sufría por ser errático.
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