Homenaje a Steve
Cuando se acaba el primer MWC de Barcelona sin la sombra del gran Jobs, me asalta una idea que no me puedo callar: si hay tantos que adorábamos a Steve por su talento creativo y las capacidades de sus maquinas, ¿No tendriamos, los que creemos en Dios, que quedarnos anodadados al contemplar cada dia ese hardware llamado hombre con su sitema operativo inherente llamada vida?
Yo soy el primero que me quedo maravillado cada vez que arranco mi ipad y sin tener que hacer una conexion a redes de esas que otros aparatos hacen tan complicadas, ya estoy navegando, viendo mi correo o disfrutando de alguna ingeniosa aplicación fashion. Pero si no tuviera la configuración de fábrica que Dios me instaló, todo sería vano. Y Tambien soy de los que se queda con la boca abierta cuando disfrutas los tipos de letras y el estilo de todo el mundo apple. Pero que nadie me niegue que el mejor Mac Pro no le hace sombra una de esas chicas de pasarela que arrancan nuestra laudes al creador de una forma tan entusiasta como sincera.
Y es que necesitamos un nuevo renacimiento. Volver a colocar al hombre en el centro de nuestra atención. No para explotarlo, ni para usarlo como una máquina más, sino para entusiasmarnos observándolo. Aunque emulemos en virtual sabremos diferenciar el original de la copia. Sin royalties ni patentes. Con el codigo fuente abierto de par en par.
Asimov inventó las leyes que deben regir las máquinas para evitar la destruccion del hombre, pero los diez mandamientos evitaron su autodestruccion muchos siglos antes. Y mira que lo hemos intentado en la ultima centuria con todas nuestras fuerzas. Pero se ve que no se trata de un consumible autodegradable. Y aunque este comienzo de milenio, no nos augura mejores perspectivas. Quiza sean las maquinas las que nos acaben llevando de nuevo al hombre. Ahora redimido de todas sus limitaciones por unas maquinas que poniendose en el altar que les henos forjado, nos entretengan, eduquen y ayuden.
Llegar a ese nuevo renacimiento asombrandonos de los detellos de algunos hombres que han sobresalido por su inteligencia, capacidad de emular la belleza o simplemente por que reinventaron el poder creador, es un buen camino.
Gracias Creador por tanta supermaquina. Y un recuerdo muy especial para ese otro creador tan grande auque con minúscula por todo lo dicho.
Ojala muchos adoradores de trastos podamos ajustar nuestro software para ver el hombre 2.0. No en su version social sino en version original, sin subtitulos ni distracciones. Y mientras tanto a entrenarnos con los juguetes que nos ha dejado en herencia el amigo Steve. Ole Steve Jobs y viva la madre que lo programó.
¿Será que a base de jugar a la wii ya no habra muertos por balas? O que ese paraiso llamado internet nunca nos arrojará si no comemos del arbol prohibido. Hay quien critica tanta maquinita y tantos peligros virtuales. Y hasta podría compartir que se come nuestro tiempo. Pero yo me imagino que de los contemplativos monjes del Tibet se podría decir lo mismo cuando dedicaban horas y horas a mirar no paginas web, sino las hojas de los árboles. Cuando se contempla la inteligencia, la belleza o el mismo bien, al final siempre esta El. Un Creador arrebatado que nos atrae en todas sus formas. Y si las tablets son las herramientas y Mr. Jobs el sacerdote mediador, bendita sea Apple. Pero si por el contrario nuestra miopía se conformara con la copia, habría que acudir a Asimov para recordar que los robots nunca pueden atacar a los hombres. Dios es mi creador y SJ su profeta.